Cocampo Cocampo
Cocampo

La historia de la caza: un relato de supervivencia, poder y cultura

05/09/2025
La historia de la caza en el arte: ‘La caza de la codorniz’ de Francisco de Goya.

La caza es una práctica que ha existido casi desde los orígenes de la humanidad. Desde los primeros homínidos, la actividad cinegética ha acompañado a las sociedades a lo largo del tiempo.

No obstante, su función y su significado han ido cambiando con cada periodo histórico. En la Prehistoria, permitió que los primeros homínidos sobrevivieran. En las civilizaciones antiguas, adquirió un carácter más simbólico y religioso. Y en la Edad Media y la Edad Moderna, pasó a ser un acto social y político. 

En este artículo, Cocampo recorre la historia de la caza, desde sus orígenes hasta hoy.

Los orígenes: la caza en la Prehistoria como motor de la evolución humana

La historia de la caza comienza hace más de dos millones de años, cuando los primeros homínidos tuvieron que ingeniárselas para sobrevivir.

En la Prehistoria, los seres humanos dependían de lo que el mundo natural les brindaba para alimentarse y, como consecuencia, su dieta se basaba en la recolección de plantas, frutos y raíces.

Con el tiempo, sin embargo, se dieron cuenta de que la carne les proporcionaba más energía, con lo que podían explorar territorios desconocidos, además de obtener su alimento.

Así, la caza acabó convirtiéndose en el principal medio de subsistencia, junto con la recolección, durante el Paleolítico.

La caza contribuía a su supervivencia proporcionándoles también pieles, con las que podían fabricar ropa que los protegiera del frío, y huesos, que empezaron a utilizar para confeccionar herramientas.

La caza de subsistencia: herramientas y técnicas primitivas

os cazadores prehistóricos no tenían los colmillos ni las garras del resto de los depredadores. Esta desventaja les obligó a buscar estrategias alternativas para sobrevivir, como la confección de herramientas y utensilios

A partir de materiales como la piedra o el hueso, empezaron a fabricar lanzas, arcos y hachas de mano. Con estas herramientas lograron llegar a competir con otros animales y obtener mejores resultados cuando salían a cazar. 

Junto a las armas, desarrollaron diferentes técnicas de caza. Desde el Paleolítico Medio, comenzaron a cazar en grupo. Habitualmente, rodeaban a la presa y la dirigían hacia un barranco para atacarla.

De igual modo, llevaban a cabo técnicas como la emboscada, que consistía en esconderse y esperar el momento oportuno, o la persecución, en la que seguían al animal hasta agotarlo.

Idearon también trampas, como hoyos y redes, para dar caza a las piezas más grandes.

El papel de la caza en el desarrollo social y cognitivo del ser humano

La caza fue determinante en la evolución de los homínidos, tal y como señala el Museo de la Caza y la Naturaleza. Esta actividad fue un estímulo para el desarrollo social y cognitivo de los seres humanos del Paleolítico.

La coordinación en grupo, la comunicación y la planificación, imprescindibles para cazar satisfactoriamente, estimularon el desarrollo del cerebro e incentivaron la adquisición de habilidades intelectuales humanas.

La caza en las civilizaciones antiguas: símbolo de poder y deporte de reyes

El inicio de la Edad Antigua marcó una nueva etapa en la historia de la humanidad. La caza fue una actividad muy extendida entre las civilizaciones de este periodo, como la egipcia, la griega y la romana.

La caza en el Antiguo Egipto y Mesopotamia: relieves y rituales

En el Antiguo Egipto y en Mesopotamia, la caza dejó de ser simplemente un medio de subsistencia y adquirió un significado más simbólico.

En el Antiguo Egipto, la religión y la política estaban estrechamente relacionadas. Como explican desde la revista de divulgación histórica ArqueoTimes, la caza desempeñaba un papel fundamental dentro de esa unión.

Para los egipcios, los hipopótamos, los burros o los leones eran vistos como encarnaciones del caos. En su mitología, la diosa Maat representaba el orden cósmico y el equilibrio universal, mientras que Isfet simbolizaba ese caos.

Los faraones, considerados descendientes de los dioses, tenían la responsabilidad de garantizar el correcto funcionamiento del universo.

La caza de estos animales era para ellos una forma de reafirmar su poder como guardianes del orden. Esta idea quedó retratada en relieves y pinturas presentes en las tumbas y en los templos.

Grecia y Roma: de la necesidad al ocio de las élites

En la Grecia Antigua, la caza era una parte integral de la educación de los jóvenes aristócratas, y es que les servía como entrenamiento para la guerra.

La caza también estaba íntimamente ligada a la religión. Con frecuencia, antes de salir al campo, los cazadores hacían rituales u ofrendas a Artemisa, la diosa de la caza, para pedirle protección.

En la época romana, la caza (conocida como ars venatoria) pasó a ser una forma de entretenimiento para la nobleza y los propietarios de villas.

Simultáneamente, los mandos militares destinados en tierras fronterizas la practicaban para mantenerse en forma durante los períodos de paz y, de paso, imitar a la aristocracia.

La Edad Media: la caza como privilegio de la nobleza y entrenamiento para la guerra

En la Edad Media, la caza se convirtió en otro de los privilegios de la nobleza. Los reyes y los nobles la realizaban como pasatiempo o como entrenamiento para la guerra.

Su atención se centraba en la caza mayor (también denominada montería o venatoria) y la cetrería, ambas reservadas únicamente a la realeza. Los estratos más bajos de la sociedad, por el contrario, tenían que conformarse con la caza menor.

La cetrería y la montería: artes de caza medievales

La cetrería fue, durante el medievo, uno de los tipos de caza más apreciados por la alta aristocracia en la Península Ibérica y el resto de Europa.

Esta práctica, de origen centroasiático y llegada a España por influencia de los árabes, era una de las formas que tenían los aristócratas de la época de demostrar su estatus social.

Y es que no era una actividad al alcance de todos. La cetrería conllevaba una gran inversión en tiempo y dinero, algo que los individuos de clases sociales inferiores no podían permitirse.

Asimismo, fue relevante la montería, la cual servía como entrenamiento para la guerra. Los reyes y los nobles cazaban a caballo ciervos, jabalíes y osos, a los que daban muerte cuerpo a cuerpo con armas blancas, explican desde el Museo de la Caza y la Naturaleza.

A través de la caza mayor, desarrollaban habilidades como la resistencia física y el manejo de armas, que les resultaban muy útiles en los conflictos bélicos.

A través de la caza mayor desarrollaban habilidades como la resistencia física y el manejo de armas, que les eran muy útiles en los conflictos bélicos.

Leyes de caza y los «cotos reales»: el control sobre la fauna

El aumento del interés por la caza como actividad recreativa entre la nobleza llevó, en la primera mitad del siglo XIII, a la creación de disposiciones para reforzar su autoridad.

En ellas se establecía quiénes podían cazar, cómo debían hacerlo y en qué lugares. Así pues, estaba prohibido que el pueblo llano cazara y recolectara bellotas o leña en los cotos reales.

Los campesinos y los monjes sólo podían cazar animales pequeños, siempre dentro de sus propios terrenos y únicamente para evitar daños en los cultivos o alimentarse.

A quienes se atrevían a infringir estas normas y eran sorprendidos en los dominios de la alta sociedad, se les sancionaba con multas, penas de prisión e, incluso, castigos físicos.

No obstante, además de ser un símbolo de poder, estas regulaciones tenían como objetivo preservar la fauna y los bosques de los dominios reales o señoriales para impedir su sobreexplotación.

La figura del cazador en el arte y la literatura medieval

En la Edad Media, la relevancia social de la caza quedó reflejada en el arte y en la literatura de la época.

En los tapices y frescos se retrataba a los reyes y nobles en el campo participando en cacerías. Por otro lado, aparecieron poemas y relatos que destinaban gran parte de su narrativa a esta actividad.

Del Renacimiento a la Edad Moderna: avances tecnológicos y nuevas concepciones

Del Renacimiento a la Edad Moderna, la caza experimentó avances tecnológicos y cambios en su significado. De esta manera, pasó de ser un pasatiempo o un entrenamiento para la guerra a ser un instrumento diplomático para los nobles.

La invención de las armas de fuego y su impacto en la caza

En la Edad Moderna, se introdujeron en la caza las armas de fuego portátiles. Esto supuso toda una revolución.

A partir del siglo XVI, los cazadores empezaron a sustituir las armas blancas por fusiles y escopetas, con las que podían abatir presas más grandes a mayores distancias, con mayor potencia y precisión. En respuesta, la caza se volvió mucho más eficiente.

Sin embargo, su elevado coste de fabricación restringía su acceso a las clases sociales más altas. La caza continúo siendo entonces un privilegio de la nobleza en la Edad Moderna.

La caza como evento diplomático y social en las cortes europeas

Los monarcas y los nobles organizaban cacerías para reunirse, mostrar su riqueza y poder. Los reyes, además, utilizaban la caza para fortalecer alianzas y negociar acuerdos con otros monarcas.

La caza en la época contemporánea y su situación en España

En la época contemporánea, la caza continuó siendo esencial para la alimentación, sobre todo en las zonas rurales. Como actividad recreativa y deportiva, siguió estando asociada a las clases superiores.

Sin embargo, esto cambió con la llegada de la Revolución Industrial, que marcó un punto de inflexión en la historia de la caza.

A partir del siglo XIX, impulsada por la Revolución Industrial, la caza comenzó a democratizarse, evolucionando hacia una actividad recreativa y deportiva accesible también para otros estratos sociales.

Las transformaciones económicas, sociales y tecnológicas producidas durante este proceso histórico permitieron el surgimiento de una nueva clase media y la fabricación de armas con materiales más asequibles, lo que redujo su coste.

Como resultado, la práctica de la caza pasó de ser un privilegio de los estratos más elevados de la sociedad a ser una afición popular.

La gestión cinegética moderna: conservación vs. explotación

La gestión cinegética moderna tiene como objetivo conservar la fauna silvestre, controlar las especies superabundantes y preservar la tradición cinegética. También, aspira a generar beneficios económicos y promover prácticas que minimicen el sufrimiento animal.

A día de hoy, la caza está muy regulada. Los que deseen practicarla tienen que obtener una licencia de caza y, en caso de utilizar un arma, un permiso de armas.

Las comunidades autónomas, que son sobre las que recae la gestión de la caza, establecen sus propias órdenes de caza, donde se definen las especies cazables, los cupos y las temporadas.

La caza furtiva, es decir, la realizada fuera de estos plazos o en zonas protegidas, está sancionada con multas y, en algunos casos, penas de prisión.

El debate actual: perspectivas éticas, ecologistas y culturales

No obstante, la caza es una cuestión que no está exenta de debate. En la actualidad, existen debates éticos, ecológicos y culturales en torno a esta actividad.

Desde el punto de vista ético, sus opositores critican su contribución al sufrimiento animal, mientras que quienes la apoyan defienden que es una práctica ética que respeta a los animales y al entorno.

Ecológicamente, los ecologistas sostienen que la caza daña la biodiversidad. Por el contrario, sus defensores consideran que su práctica responsable es una herramienta de control poblacional.

Desde el punto de vista cultural, sus detractores consideran que no encaja con los valores de la sociedad actual. Los cazadores, por su parte, defienden que es una tradición con un elevado valor cultural.

El legado cultural de la caza

El legado cultural de la caza se manifiesta en el arte, la gastronomía y las tradiciones.

La influencia de la caza en el arte, la gastronomía y las tradiciones

Artistas de renombre como Rubens o Goya han capturado la caza en sus obras. Esta actividad ha estado presente también en otras disciplinas artísticas, entre las que se encuentran la literatura, la música, la poesía o el cine.

Por otro lado, la carne de caza es un componente importante en la dieta de muchas personas, sobre todo en las zonas rurales. Está presente en numerosos platos tradicionales y, de hecho, los expertos en nutrición la recomiendan por sus múltiples beneficios para la salud.

La carne de caza ha ganado popularidad también en la alta cocina. Chefs como Miguel Carretero la incorporan en sus propuestas culinarias.

En los pueblos, la caza es una tradición muy arraigada, que se transmite de padres a hijos. La transmisión de esta actividad de generación en generación mantiene vivas modalidades tradicionales, como la montería o la batida.

La caza como herramienta de gestión del ecosistema

Numerosos estudios demuestran que la caza, ejercida de manera responsable, juega un papel importante en la conservación de la naturaleza.

Esta actividad contribuye a controlar la sobrepoblación de algunas especies causada por la pérdida de autorregulación por parte de los ecosistemas.

Este desequilibrio ha producido daños en la agricultura y ha puesto en aún más riesgo de extinción a otras especies silvestres como, por ejemplo, el lince ibérico o el águila imperial.

Conclusión: la caza como reflejo de la historia humana

La caza es un reflejo de la historia de la humanidad. Ha estado presente desde los primeros momentos del ser humano y ha evolucionado junto a él hasta convertirse en lo que es hoy.

Hoy en día, la caza es una actividad recreativa o deportiva, que aún conserva sus raíces de subsistencia, formando parte de la gastronomía. Pero, sobre todo, es una herramienta primordial en la gestión del ecosistema.

Fuentes

  • ArqueoTimes
  • El furtivismo en los cotos reales
  • Museo del Prado
  • Museo de la Caza y la Naturaleza
  • National Geographic
  • Revista Electrónica de Estudios Filológicos
  • Revista Jada y Sedal
  • Young Wild Hunter

Esta nota contiene:

[publishpress_authors_box layout="ppma_boxes_3176"]

Puede interesarte...

Utilizamos cookies propias y de terceros con fines analíticos y para personalizar su experiencia según sus hábitos de navegación (por ejemplo, páginas visitadas). Puede aceptar todas las cookies, rechazar su uso o configurarlas pulsando los botones correspondientes. Para obtener más información, consulte nuestra Política de Cookies.