Felipe Medina: “La transformación digital va a tener un peso muy relevante” | Personajes Agro
Felipe Medina es doctor en economía agroalimentaria y cuenta con más de 15 años de experiencia en asociaciones del sector agroalimentario. En la actualidad, es secretario general técnico de la Asociación Española de Distribuidores, Autoservicios y Supermercados (ASEDAS), miembro del Comité Económico y Social Europeo y vocal de la Junta Directiva de la Asociación Española de Economía Agroalimentaria.
Este año Bruselas aprobó un dictamen escrito e impulsado por él: “Oportunidades de transformación digital para las empresas minoristas y sus ventajas para los consumidores europeos”.
PREGUNTA. ¿Cuáles son los principales retos a los que se enfrenta el mundo agro en 2022?
RESPUESTA. Hay un reto de fondo derivado de la pandemia, que es seguir gestionando esta crisis sanitaria en la que el sector agroalimentario está comportándose de manera excepcional. Desde el inicio de la pandemia supimos que la escasez de alimentos no iba a ser un problema añadido a la crisis sanitaria.
A partir de ahí, hay grandes retos en el sector que vienen marcados por el gran Pacto Verde Europeo: es la hoja de ruta que Bruselas ha decidido poner encima de la mesa. Tiene dos pilares básicos: la digitalización y la transición ecológica. El camino de la sostenibilidad es irrechazable y la transformación digital va a tener un peso muy relevante.
P. ¿Qué peso tiene el comercio dentro de la economía?
R. El comercio es un sector tremendamente importante para nuestra economía y nuestra sociedad. Estamos hablando en España de más del 13% del producto interior bruto y del 17% del empleo, la mayoría con contratos fijos. Los trabajadores necesitan que a la empresa se les facilite esa transición digital para servir cada día mejor a los clientes cuyas demandas cambian cada vez más rápido. Demandan un servicio a través de dos canales: físico y digital, esa omnicanalidad de la que todo el mundo habla y que las empresas de distribución están obligadas a proporcionar.
Transformación digital y España vaciada
P. ¿Por qué es importante que la digitalización llegue a todos los rincones de España?
R. Toda la innovación digital trae grandes beneficios para la producción agraria, sobre todo en la mejora de los rendimientos y de la rentabilidad de las explotaciones agrícolas y ganaderas. Disminuye costes y facilita su gestión. Una buena conexión a internet y unas aplicaciones tecnológicas bien desarrolladas permiten hacer una gestión más propia del siglo XXI a través de sensores, cámaras o indicadores que permitan al gestor de esa explotación tener más herramientas disponibles y mayor facilidad para la toma de decisiones diaria. Donde llega una buena conexión de internet las posibilidades de la población que allí vive se ven incrementadas y es unánime la llamada a que en las zonas rurales se disponga en la mayor brevedad posible.
P. ¿Qué avances tecnológicos ha habido en el sector de la distribución?
R. El comercio electrónico ha sufrido un gran impulso a raíz de la crisis del COVID-19. Una gran cantidad de consumidores vio un valor añadido en la compra online para poder mantenerse en casa sin salir. Hemos cifrado que más de un 80% de los que rompieron esa barrera de hacer la compra online manifiestan que lo van a seguir haciendo. Eso se va a seguir desarrollando aunque hoy por hoy, especialmente para productos frescos, la mayor parte del comercio sigue estando en las tiendas físicas.
P. ¿Cómo ayuda el sector del comercio a la ‘España vaciada’?
R. Todas las zonas rurales disponen de una gran red de establecimientos de alimentación que tienen una importancia vital en la conservación y el mantenimiento de la vida en los pueblos. No tenemos en España los llamados ‘desiertos alimentarios’ como en Estados Unidos, donde hay una gran parte de la población que tiene la tienda de alimentación más cercana a treinta minutos de su casa. Eso no ocurre en nuestro país y me atrevería a decir que tampoco en la mayoría de territorios de Europa y eso es una gran ventaja para frenar esa despoblación.
Ley de la Cadena Alimentaria
P. ¿Cómo valora la reforma de la Ley de la Cadena Alimentaria?
R. Hay que tener muy claro para qué puede servir y para qué no. La ley de la cadena lo que pretende es aislar prácticas comerciales desleales que no están generalizadas y que se pueden dar en cualquier eslabón independientemente del tamaño de la empresa, la posición que ocupe en la cadena o del producto. Esta última reforma incorpora una serie de prácticas que deberían estar prohibidas y que nos ha obligado a incrementar levemente ese listado de prácticas desleales que ya teníamos en España desde 2013. Nosotros valoramos que la ley de la cadena sigue apostando por los contratos por escrito, por la estabilidad y la lealtad de las relaciones comerciales, como esta reforma ha mantenido ese espíritu creemos que debemos seguir en esa línea.
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